Por: Raúl Vargas López
“La arquitectura es una música de piedras; y la música una arquitectura de sonidos”
Ludwig van Beethoven
Jalisco ha contribuido de forma generosa y reconocible a la cultura popular nacional. Es de todo mundo conocido que de Jalisco son el mariachi, la charrería, el tequila, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, algunos actores y cineastas talentosos y hasta algunos exponentes y bandas de rock de calidad internacional. En muchos sentidos Jalisco representa a México y nuestro país se encuentra muy bien representado por Jalisco.
En el territorio y pueblo de Jalisco, la cultura brota a cada paso, en cada pueblo, en el barrio y en infinidad de personajes que se tornaron pintores, escritores, escultores, actores y músicos de primer nivel y que han colocado muy en alto el nombre de nuestra entidad y de México.
En la contraparte política y educativa, personajes de la talla de Enrique Díaz de León y Agustín Yáñez, oriundos de Jalisco, trabajaron desde sus respectivas responsabilidades públicas para hacer de la cultura un catalizador que transformara la idiosincrasia popular y contribuyera al desarrollo nacional y a la mejora de la calidad de vida de las personas.
Lamentablemente las actuales políticas públicas desestiman la importancia de la cultura como pilar de una sociedad más tolerante, participativa, crítica, propositiva y democrática. La cultura contribuye a enriquecer y valorar nuestra identidad como pueblo, aporta elementos distintivos a nuestra identidad personal y fortalece nuestra capacidad de empatía para aceptar la identidad de otros.
Parte importante de la transformación de la vida pública, que es urgente en todos los niveles, pasa por democratizar el acceso a la cultura y hacer de ella un elemento mínimo de ciudadanía, interacción social y pertenencia. Promover las manifestaciones culturales populares, multiplicar las opciones de contacto con expresiones de otros lugares y de otras épocas y preservar el cúmulo de contribuciones realizadas por mujeres y hombres oriundos de Jalisco debieran ser parte de la agenda cultural pública bajo responsabilidad de las autoridades estatales y municipales.
¿Qué tendrá Jalisco, que Alfredo Carrasco, compositor de El Adiós y Vicente Garrido iniciador del bolero intimista, uno y otro en diferentes épocas del siglo XX, escogieron a Guadalajara como su casa, el lugar dónde habrían de vivir y, lamentablemente, morir? Sin duda fue el ambiente musical, que siempre ha tenido nuestro estado y en particular nuestra ciudad, lo que arraigo a estos extraordinarios músicos. Un ambiente que lo acredita una pléyade de compositores e intérpretes oriundos de estas tierras.
Entre los intérpretes se encuentran: Clemente Aguirre, Manual Álvarez ‘Maciste’ (autor de Adiós de un Torero dedicada a Pepe Ortiz), Dr. Juan José Espinoza, Manuel Esperón, Jesús Estrada, Rubén Fuentes, Otilia Figueroa, Blas Galindo, Pepe Guizar, Antonio Gómez Anda, Rosalío Ramírez, Gabriel Ruiz, Ramón Serratos, Carlos Tirado, José F. Vázquez y Consuelo Velázquez. Entre los intérpretes se encuentran: Paz y Esperanza Águila, Manuel de Jesús Aréchiga, Roberto Beltrán y Puga, Francisco Cárdenas hijo, Tomás Escobedo, Aurelio Fuentes, Fausto García Medeles, Arturo Xavier González, Tito Guizar, los Hermanos Michel, José Mojica, Marco Antonio Muñiz, Jesús Niño Morones, Lupita Palomera, los Hermanos Reyes, Higinio Ruvalcaba, Eduardo Solís, Silvestre Vargas, Carlos Vázquez y María Victoria.
Músicos homenajeados mediante la inclusión de su nombre en una estela en el monumento creado en el año 1963 (decretado Año de la música Jalisciense por el gobernador Juan Gil Preciado) conocida como Monumental Estela en la Calzada de los músicos, ubicado en el interior del parque Agua Azul. El decreto ordenó que dicha construcción fuera permanente con la intención de preservar y difundir los nombres de los insignes artistas jaliscienses que con su trabajo han enriquecido la cultura popular.
Recorrer la calzada era transportarse a diferentes espacios, revivir distintos sentimientos y sentirse gratamente acompañado al encontrar las efigies de: Francisco Cárdenas, Gonzalo Curiel, Fernando Méndez Velázquez, José Pablo Moncayo, Jorge Negrete, Lucha Reyes, José Rolón y Andrés Sandoval y, por supuesto, disfrutar la vista de la estela con los nombres de los compositores e intérpretes que en muchos sentidos definieron y proyectaron la identidad musical jalisciense y mexicana.
Ese era el sentimiento al andar por la Calzada de los Músicos hace algunos años. Un encuentro entre arquitectura y música. Hoy, resulta un golpe terrible atestiguar que todo esto ha prácticamente desaparecido. La orden de permanencia del gobernador Gil Preciado ha sido revocada, la Estela mutilada (sus letras arrancadas) y las efigies maltratadas y descuidadas.
Se ha perdido un referente importante para la cultura popular y parece que a nadie le importa. ¿Dónde están los responsables de cuidar y difundir el patrimonio cultural? ¿Qué hacen los responsables de la política pública estatal y municipal en materia de cultura frente a estos actos vandálicos? ¿Entenderán los responsables de la cultura en Jalisco y en Guadalajara que el primer requisito para garantizar el acceso a la cultura es que se preserven los espacios patrimoniales? ¿Sabrán siquiera cuál es el estado que guardan en toda la entidad y en la ciudad los espacios públicos destinados a la cultura?
Es muy probable que los encargados de la cultura ni siquiera estén al tanto de la situación o lo que es peor, que no les interese. El desprecio por la cultura y el desconocimiento de la historia y el patrimonio entre los funcionarios estatales y municipales son el origen de situaciones trágicas y lamentables como la pérdida de la Calzada de los músicos. Tiempos aciagos en los que la indiferencia e ignorancia son prolijas y la cultura exterminada.
@VargasLopezRaul
Presidente del PRD Jalisco
La entrada El olvido y la música en Jalisco aparece primero en La Jornada Jalisco.